Add parallel Print Page Options

55-56 ¡Qué ridículo es creer que esos ídolos son dioses, cuando ni siquiera pueden hacerle frente a un rey o a un enemigo!

57 »Si los ladrones toman a esos ídolos de madera, y les roban el oro, la plata o la ropa con que están cubiertos, ellos no se pueden defender. 58 Por eso, es de más valor un rey valiente, o una herramienta que sirve de algo en la casa, o una puerta que protege a los que viven en ella, o una columna que adorna un palacio, que uno de esos dioses falsos.

Read full chapter